Descubrí cómo un general romano cambió para siempre la historia del secreto y la información.
El cifrado lleva el nombre de Gayo Julio César (100 a. C. - 44 a. C.), una de las figuras más influyentes de la antigua Roma. Fue un general militar, político y dictador romano, conocido por sus conquistas en las Galias y su papel crucial en la transformación de la República Romana en el Imperio.
César utilizó esta técnica alrededor del siglo I a. C. para comunicarse secretamente con sus generales durante las campañas militares. Este método, llamado "cifra monoalfabética por sustitución", se describe en su obra La guerra de las Galias y fue mencionada por el historiador Suetonio en Vida de los Césares.
La razón principal para implementar el Cifrado César fue mantener la confidencialidad de los mensajes militares. Si un mensajero era capturado, la información crítica —órdenes o estrategias— no debía caer en manos del enemigo.
Así, César garantizaba que solo quienes conocían la clave pudieran comprender el mensaje.
El Cifrado César es una de las formas más simples de cifrado por sustitución, donde cada letra del texto original se reemplaza por otra letra a una distancia fija en el alfabeto.
El mecanismo: se desplaza cada letra un número constante de posiciones. La clave: este número define el desplazamiento. César usaba normalmente +3 posiciones.
Ejemplo: “HOLA” → desplazamiento +3 → “KROD”.
En la época de César, este cifrado era sorprendentemente efectivo:
Hoy, el Cifrado César tiene un nivel de seguridad muy débil, ya que solo hay un número limitado de claves posibles. Sin embargo, su concepto inspiró sistemas criptográficos más complejos como el Cifrado Vigenère y el ROT13.